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  • Foto del escritorRevista De Frente

EL Coraje de ser mujer cuando ni el Estado, ni la sociedad te garantizan la vida

En Colombia, Latinoamérica y el mundo hay una guerra declarada contra las mujeres. Es la cultura machista y de la violación naturalizada la que genera y legitima la matanza desmedida en contra de las mujeres, asesinatos que no tienen repuesta contundente desde la institucionalidad, ni rechazo por parte de la sociedad.



No es una exageración afirmar que algunos varones asesinan a las mujeres por motivo de ser mujeres o de reconocerse desde una orientación sexual divergente por ejemplo en el caso especifico de las mujeres trans, que padecen en las distintas esferas: sociales, políticas, culturales y económicas la “condena” de traicionar a los varones, pero además de asumirse como mujer, asumirse como el “sexo débil”.

Feminicidio es precisamente que te asesinen por ser mujer, por ser niña, por ser lesbiana o trans. En el caso colombiano en 2017 y lo corrido del año 2018; 10 de cada 100 mujeres que denuncian violencia intrafamiliar, terminan siendo víctimas de feminicidio* por parte de la violencia machista de sus parejas y exparejas.

¡S.O.S Nos están matando! A la vista de todxs y con el silencio cómplice de quienes eligen callar frente a la muerte, tortura y violencia psicológica que ejercen varones con los cuales nos relacionamos y convivimos en la familia, círculos amistosos, academia, trabajo, relaciones erótico – afectivas, etc. Es indignante afirmar que de nada sirve que las mujeres denunciemos las amenazas de muerte en nuestra contra porque nunca existen soluciones reales, las instituciones que se suponen deben acompañar de manera jurídica y psicológica a las mujeres suelen tener un trato que va en contravía de la protección del derecho a la vida de quienes se atreven a denunciar, la debilidad institucional para atender los casos es cada vez más evidente, hacen caso omiso convirtiéndose en cómplices de los feminicidios cometidos posteriormente a las denuncias realizadas y que quedan en total impunidad.

Los agresores- asesinos viven felices y campantes porque los operadores de justicia no agilizan las denuncias, las dilatan, nunca dan soluciones, y la fiscalía emite sentencias que dejan en libertad a los sujetos que han mostrado claramente intenciones de asesinar o agredir alguna mujer, pasando por las personas que se suponen cuentan con la formación y el conocimiento frente al manejo de la violencia de género; la realidad lo dice todo, las mujeres nos encontramos en la mayoría de los casos con funcionarios que nos revictimizan, negando la atención y acompañamiento necesario, porque no es tan grave, o por sobrevivir a un paliza o intento de asesinato.

Y así seguimos contando las muertas, indignándonos por la ineficiencia de instituciones incapaces de proteger a las mujeres y una sociedad que defiende lo indefendible y justifica lo injustificable.

Mientras escribo estas líneas las noticias y el sensacionalismo irrespetuoso con las victimas sacan los últimos días en sus primeras planas el asesinato vil dos niñas de tres años y de año y medio torturadas y violadas en Colombia y Chile. ¿Como podemos seguir cada día? Me refiero al conjunto social del cual hacemos parte, y no sentir un grado de pena y rabia por las mujeres víctimas que a diario contamos y pasan a ser simples cifras, no hay nada mas deshumano que naturalizar la muerte y la barbarie.

Mientras la sociedad guarda silencio, las niñas que acaba de nacer, las que están en la primera infancia, las adolescentes, las jóvenes, las adultas, las ancianas, las lesbianas, las trans, corremos el riesgo de que mañana seamos las próximas asesinadas por cualquier varón que nos rodea, mientras tanto seguirán muchas resistiendo, dando la pelea más valiente, la de poder vivir con tranquilidad, seguridad y dignidad.

Amigas, hermanas es un acto de coraje amar, caminar, trabajar y estudiar cada día.

“cuéntanos bien en las calles somos miles

desde México hasta Chile y en el planeta entero

en pie de lucha porque vivas nos queremos

no tenemos miedo no queremos a ni una menos.

díganme loca histérica y exagerada

pero hoy canto en nombre mío

y el de todas mis hermanas

no nos acusen de violentas esto es autodefensa

estamos en resistencia ya no somos indefensas”


Colectivo Popular Los Libertadores

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